Muchos jóvenes que terminan sus estudios gracias a la asistencia de empresas se convierten en acompañantes de becados.
Más de 13 millones de pesos se destinan anualmente en la Argentina en la transferencia monetaria de los alumnos que reciben becas del sector privado, según indicó el informe sobre programas de becas educativas, presentado recientemente. Alrededor de 10.000 chicos y jóvenes de los niveles primario, medio y universitario se ven beneficiados con un aporte promedio de 100 pesos mensuales, otorgados por organizaciones de la sociedad civil y empresas del sector privado.
La entidad que más becas otorgó en 2009 fue Cáritas, por medio de su Programa de Inclusión Educativa Emaús, con 3862 becas en los tres niveles; en segundo lugar, está la Fundación Cimientos, con 2800 subsidios para alumnos secundarios y universitarios, y, en tercer lugar, se ubicó el Banco Francés, que con su Programa Becas de Integración aportó 897 becas para alumnos de nivel secundario, también durante 2009.
El mencionado informe indica que la problemática más profunda de nuestro sistema educativo actual se encuentra en el nivel medio, en el que los índices de deserción se revelan como los más altos del sistema. Precisamente por ello, muchos programas están dirigidos en particular a ese nivel. En todos ellos se acuerda con el papel fundamental que tienen los establecimientos educativos donde cursan los becarios, porque "el éxito del programa es mayor cuando la institución educativa se constituye en un factor relevante, comprometiéndose en su implementación y desarrollo". El buen rendimiento académico, la asistencia al colegio y la buena conducta son otros parámetros exigidos para un cumplimiento integral de parte de cada becario. También hay que destacar el importante papel que tiene en estos programas la figura del acompañante, una especie de tutor que va solucionando las dudas escolares del alumno, pero que no deja de lado su familia ni la vocación.
La continuidad en el tiempo y la posibilidad de crecimiento de la oferta de becas son otras características dignas de señalar en este trabajo, que no busca reemplazar la tarea indelegable del Estado en el ámbito educativo, sino que trata de contribuir a que sectores soslayados sean incluidos.
El premio final es éste: los jóvenes que, gracias a las becas, pueden continuar y terminar sus estudios son muchas veces los que no sólo siguen conectados por razones laborales o de consulta, sino que también se ofrecen a su vez para ser acompañantes de los siguientes becarios, porque saben cuánto bien hace ser contenidos en el camino, para ellos tan difícil, del aprendizaje.
FUENTE: LaNacion.com
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