En primera persona
A buen clima laboral, mayor productividad

Robert Levering, cofundador de Great Place to Work habla sobre los mejores lugares para trabajar.

El cofundador de Great Place To Work Institute, Robert Levering, celebra los 25 años de su empresa y opina sobre el pasado, el presente y el futuro de los ambientes de trabajo.

Antes de que los medios internacionales pudieran presentarlo como el creador de Great Place To Work Institute, Robert Levering era conocido en Estados Unidos por su activa militancia contra la Guerra de Vietnam. "Estudiaba Filosofía y cuando me gradué me convertí en una persona antiguerra full time. Organicé muchas manifestaciones y fui arrestado varias veces. Creo que no habría sido muy popular en la Argentina en ese momento, con el gobierno que tenían ustedes", dice.

-¿Cómo llegó a crear la primera empresa de investigación y consultoría especializada en clima organizacional?

-Cuando la guerra terminó tenía 29 años y una fuerte idea de cambio social. Quería un trabajo que fuera en esa dirección.

Así se convirtió en periodista especializado en conflictos laborales para un diario de San Francisco. 

Varios años más tarde, una propuesta le cambió la vida. "Una editora me ofreció escribir un libro con el título Las 100 mejores empresas para las que trabajar en Estados Unidos . Mi respuesta fue: "¡Gran título! ¿Pero existe alguna? Luego de recorrer todo el país comprobé que sí había buenos ambientes laborales", explica.

El descubrimiento de ciertas claves del éxito dio origen a su siguiente libro, Un gran lugar para trabajar . Finalmente, el pedido de asesoramiento de muchas empresas lo llevó en 1984 a fundar la compañía junto a Amy Lyman, que era entonces su esposa.

A 25 años de ese momento, Levering visitó la Argentina para la edición 2009 de la entrega del Premio Las Mejores Empresas para Trabajar en Latinoamérica, que se realizó durante el XXI Congreso Interamericano de Gestión Humana (Cigeh), hace diez días.

-¿Qué cambios nota en el ambiente laboral desde 1984 hasta hoy?

-Ahora las empresas compiten para ser el mejor lugar para trabajar. Ya no se trata sólo del market share y la Bolsa de Valores, sino que les importa tener ambientes de trabajo de calidad. Creo que tuvimos que ver con eso, porque ayudamos a conceptualizar que hay ciertas características básicas para que un lugar sea excelente.

-¿Cuáles son?

-La lista de Great Place To Work es una de las zanahorias que se les puede poner a las empresas, pero lo más importante es que los mejores ambientes laborales tienen mejores performances que el resto. Si hay niveles de confianza más altos, la gente coopera mejor y hay más capacidad de ser creativos e innovadores. Con el tiempo son estas empresas las que atraen a los mejores empleados, y ellos a la vez son más productivos por el entorno en el que entran. Si analizamos los datos, resulta estúpido no seguir esta línea.

-¿Cómo se trabaja con cada organización?

-A lo largo de los años hemos desarrollado una metodología muy rigurosa para abordar las compañías. Evaluamos la calidad de las prácticas del lugar de trabajo y al mismo tiempo la opinión de los empleados sobre el clima laboral, en función de lo que llamamos Indice de Confianza.

-¿Es difícil interesar a todas las empresas?

-Primero hay que dar a conocer que hay una alternativa. Luego la gente empieza a tomar más conciencia, más tarde se interesa por cómo se puede hacer y, por último, se encarga de conocer las técnicas concretas. Todavía estamos creando conciencia. En muchos casos se cree que es un proceso muy costoso...Pero no es caro decir gracias . Las cosas que realmente hacen una diferencia no son más caras. No hay trucos, pasa por cuánto respeto uno muestra por el otro.

Las diez empresas que lideran el ranking latinoamericano son American Express, Banco Santander Río, DHL Express, Dow Argentina, FedEx, Hexacta, Kimberly Clark, Nextel, Novo Nordisk y Sherwin Williams, que tienen mayoría de capitales externos a la región.

-¿El éxito está relacionado con la aplicación local de una política global de la organización?

-No necesariamente, porque las mismas compañías que aquí lideran la lista pueden no tener buen ambiente laboral en otros países. Es el esfuerzo del grupo de trabajo de cada país el que está creando un excelente lugar para trabajar.

-¿Esto plantea un panorama esperanzador para América latina?

-Hay que tener en cuenta que nuestras perspectivas no son generalizables, porque sólo miramos las empresas que son realmente muy buenas. Pero si bien lo que hacemos no es un promedio, puede ayudar a subir el piso mínimo de cuidado del clima en la empresa.

-¿Cómo ve el futuro de los ambientes laborales?

-Creo que va a pasar algo similar al movimiento de calidad que hizo furor en los años 90. Así como antes se creía que era una casualidad ofrecer buenos productos, hoy se sabe que existen normas y pasos por seguir para alcanzar la mejor calidad. Creo que no va a haber excusas para no generar un buen clima laboral. Por otro lado, las nuevas generaciones no van a tolerar mal ambiente laboral y eso va a generar mucha presión sobre los empleadores.

-¿Cómo continúa la labor de Great Place To Work?

-Estamos trabajando en el desarrollo de un programa de entrenamiento para mostrarles a los gerentes cómo crear un excelente lugar para trabajar. Esperamos tenerlo listo en enero.

-¿Qué actitudes pueden mejorar el clima laboral de una empresa a partir de mañana?

-A un directivo le diría que piense: ¿Estoy haciendo todo lo que puedo para agradecer a la gente por el trabajo que hace? ¿Cómo reconozco el trabajo de otro? ¿Le muestro gratitud? Este es el principal planteo que hay que hacerse y es la forma más inmediata de cambiar el ambiente laboral.

Por Shirly Said 
Para LA NACION 

HOJA DE VIDA

Robert Levering tiene 65 años, nació en Estados Unidos y vive en San Francisco. Se graduó en Filosofía en el Swarthmore College y cursó un máster en Cambio Social en el Martin Luther King Jr. School.

Dedicó su juventud a la lucha contra la guerra de Vietnam y todavía se desempeña como activista antibélico. En 1984 fundó el Great Place To Work Institute junto a su ex esposa, Amy Lyman, con quien tuvo dos hijos.

Miembro de la Iglesia de los Cuáqueros (Quakers), asegura que su trabajo lo apasiona porque está enfocado desde lo religioso: "Hay algo de Dios en cada uno, por eso apelo a lo mejor de cada persona".