las elecciones
Lejos del escepticismo, los jóvenes también son candidatos en los próximos comicios

Pese a que militancia política y juventud no parecen términos compatibles, nuevos dirigentes asoman expectantes de las listas de los partidos con mayor peso electoral; lanacion.com recorre las historias de tres candidatos que quieren desembarcar en la tarea legislativa.

Era el momento que Juan Ignacio esperaba desde hacía mucho tiempo: le iban a presentar a su referente político. Néstor Kirchner se acercó y le pegó dos cachetazos en la cara. "Ponete las pilas; estudiá y militá que el país depende de ustedes", le dijo el ex presidente. Juan Ignacio Mincarelli no supo cómo reaccionar. "Me quedé helado", reconoce. A 13 días de las elecciones legislativas, este joven de 33 años, candidato a diputado por el Frente Justicialista para la Victoria (FJPV), recuerda con gracia su primer encuentro con Kirchner, con quien ahora comparte la nómina oficialista.

Como Juan Ignacio, un puñado de candidatos de unos 30 años asoman dentro de las listas de los partidos más importantes. Pese a que la militancia ya no es un fenómeno masivo entre los jóvenes, ellos apuestan por la política. Se codean con funcionarios de primer nivel y hasta tienen posibilidades de ingresar a la tarea legislativa. lanacion.com juntó a tres candidatos jóvenes para conocer sus historias.

El interés de Fernando por la política comenzó desde niño. "Me acuerdo que cuando tendría diez años miraba los programas de televisión y le preguntaba a mi papá si el que hablaba era bueno o malo", dice. Y también recuerda que sus amigos no entendían por qué se levantaba tan temprano para militar los sábados. Ese esfuerzo rindió sus frutos: a los 33 años, Fernando De Andreis ya es todo un experimentado en el terrero electoral. En 2007 fue electo legislador porteño y en estos comicios encabezará la lista de Pro en la Ciudad de Buenos Aires. La renovación de su banca es casi un hecho.

La responsabilidad de ocupar el primer lugar entre los candidatos a legisladores porteños lo obligó a extender su agenda pública. En cada una de sus apariciones, su edad y su presencia no pasan desapercibidas ante el sexo opuesto. "Cada vez que digo que estoy soltero escucho algún comentario. Encima la gente se empieza a reír?", cuenta, y reconoce que se pone "un poco incómodo" con los murmullos.

No es novedoso que Pro apueste por jóvenes. La fuerza liderada por Mauricio Macri presentó en sociedad a Gabriela Michetti en los comicios de 2003, cuando tenía 38 años, y en 2005, Marcos Peña asumió como legislador con sólo 26. Además, en estas elecciones Alberto Triaca, de 35, ocupa el 4º lugar en la nómina de candidatos a diputados por la Ciudad de Buenos Aires.

Rocío reconoce que nunca imaginó que podía ocupar una banca. Milita desde sus 22 años, aunque recuerda que las discusiones políticas comenzaron en su adolescencia. "Siempre arruinaba los cumpleaños de mis amigos. Cuando hablaban de fútbol me callaba, pero cuando hablaban de política me ponía hablar y los hacía discutir a todos", recuerda con picardía.

Ocho años después, Rocío Sánchez Andía, militante de Jóvenes por la Igualdad, es la tercera candidata a legisladora de la Ciudad de Buenos Aires por el Acuerdo Cívico y Social (ACyS). "Es emocionante saber que voy a poder representar a todos mis compañeros", dice, orgullosa, sobre su posible desembarco en la legislatura porteña.

Para el ACyS la juventud tampoco es un pecado electoral. Un buen ejemplo es que Fernando Sánchez, de 35 años, encabeza la lista de legisladores porteños.

Dentro del kirchnerismo, la cuota de juventud la aporta el jefe de gabinete, Sergio Massa, que ocupa el 4º lugar en la boleta de candidatos a diputados por la provincia de Buenos Aires. Con 38 años, es el único joven entre los diez primeros de esa nómina.

El desembarco de Juan Ignacio en el Parlamento será un poco más complejo: ocupa el puesto 33º entre los candidatos a diputados por el FJPV en la provincia de Buenos Aires. Sólo podría asumir si el oficialismo cosecha una buena cantidad de votos y si, además, renuncia una decena de los "candidatos testimoniales".

La historia de Juan Ignacio Mincarelli, actual jefe de asesores del Ministerio del Interior que comanda Florencio Randazzo, comenzó en la mítica Juventud Peronista de la ciudad de Berisso, en 1997. Su apellido está ligado a los vientos patagónicos que soplan en la Argentina desde 2003. En su primera elección, en 2005, Berisso eligió a la fórmula Cristina Kirchner ? Juan Ignacio Mincarelli, cuando la actual presidenta competía por la senaduría bonaerense y él, con 30 años, logró convertirse en concejal.

Desde sus comienzos, sus amigos nunca entendieron por qué militaba. Juan Ignacio comprende la resistencia de los jóvenes, pero advierte: "Si nos no ponemos las pilas nosotros para ver qué hacemos por nuestros hijos, este país va a terminar siendo menos normal de lo que es ahora".

Ser joven: ¿Una ventaja electoral? No es casualidad que dos de las fuerzas con mayor peso electoral en la ciudad de Buenos Aires presenten como cabeza de lista a jóvenes: Sánchez, de 35 años, es el primer candidato del ACyS, y De Andreis ocupa la misma posición en Pro.

"La sociedad está cansada de ver siempre a los mismos, entonces cuando aparece algún joven, la primera impresión es muy buena", analiza De Andreis. Y asegura que la juventud "es una ventaja" a la hora de hacer política electoral, porque expresa una renovación.

En diálogo con lanacion.com , el sociólogo Ricardo Rouvier afirmó que la juventud en sí misma no es una ventaja, pero aclara que puede aprovecharse "en la campaña electoral".

Para Sergio Berensztein, director de la consultora Poliarquía, el electorado no privilegia a los jóvenes en la política. "La gente quiere candidatos sensatos", dice. Aunque sostiene que "la gente nueva" tiene crédito entre el electorado.

Para Berensztein la edad no es garantía de cambio. "No siempre son renovadores", dice. Y agrega que muchos nuevos candidatos tienen prácticas de la política tradicional. En la misma línea, Rouvier sostuvo que los dirigentes con mayor experiencia eligen jóvenes "para dar una imagen de cambio".



Por Iván Ruiz 
Fuente: La Nacion.com