HABLEMOS CLARO
Palabras para la sexualidad:
Sexo
El mundo de los seres humanos es un mundo de palabras. Darle a las palabras su significado es el primer paso para lograr una buena comunicación.

¿Viste cuantas veces usamos palabras y no sabemos exactamente qué es lo que quieren decir? ... y bueno… igual, más o menos, nos entienden. Pero estaría mucho mejor si todos manejáramos los mismos códigos. Aclarar los términos es el primer paso para una buena expresión y comunicación.

Por eso, hoy vamos a hablar de sexo.

Seguramente escuchaste alguna vez “Fulanito tiene sexo” o “Yo decidí no tener sexo todavía”. Aquí están confundidos los términos “sexo” y “actividad sexual” ¿Qué tal si empezamos por el principio? ¿Qué es el sexo?

En el momento en que fuiste concebido tu sexo ya quedó determinado: sos varón, o sos mujer. Tu patente cromosómica es como un “sello de fábrica” que está en todas tus células y que nunca podrás cambiar.

¡Tené la plena seguridad, tu mamá aportó un óvulo con un cromosoma sexual X! Y tu papá aportó un espermatozoide con un cromosoma sexual X, (en el caso que seas mujer) o un espermatozoide con un cromosoma sexual Y,(en el caso que seas varón) y con eso, determinó tu sexo ¡nada menos!

XX=mujer, XY= varón

Desde ese momento quedaron asentadas las bases para que desarrolles tu identidad sexual. Alrededor de la sexta semana de tu vida intrauterina ¡Cuando apenas tenías un tamaño menor al diámetro una moneda de diez centavos! ya estabas iniciando el desarrollo de tus testículos, (un poco después en el caso de los ovarios), y quedaba establecido tu sexo gonadal.

Unos días después se fueron conformando: tus genitales externos e internos. Aunque era aún muy difícil que mamá y papá lo pudieran ver en las ecografías, ya estaba formado tu sexo genital. ¡y no eras más grande que una tapita de gaseosa!.

Las hormonas “fueron impregnando” tu sistema nervioso central diferenciándolo del sistema nervioso del sexo contrario. Durante todo tu desarrollo dentro del útero de mamá, tu cerebro fue creando conexiones especiales y aumentando regiones específicas propias de tu sexo.

¿Seguramente te preguntarás si este desarrollo se da siempre en forma adecuada? Obviamente, no siempre. Como en todo desarrollo puede haber algo que “no salga del todo bien”. Pero felizmente esas no son situaciones muy frecuentes.



Myriam Mitrece de Ialorenzi
Lic. En Psicología. Prof. en Ciencias de la Educación Docente